Damon se volvió una vez más, la quietud en el movimiento más rápido que sus ojos podían rastrear. Golpeó el marco de la ventana, una vez, tirando el golpe casi por completo en el último instante. El vidrio inastillable, llovía como los diamantes contra la oscuridad de afuera.
"Eso podría... traer a un par de personas para que te ayuden"
Le costaba respirar ahora, y Elena se asombro, vio algo que nunca había esperado volver a ver. Lágrimas en los ojos de Damon. Había pensado que sólo bajo la influencia de sus poderes para despojar la caparazón de piedra alrededor del corazón de Damon, podría hacerlo llorar. Pero esas eran verdaderas lágrimas temblando en las pestañas de Damon, y ni siquiera se movió cuando una de ellas goteaba por un lado de su cara.
"Damon", dijo, acercándose a él, pero él solo sacudió su cabeza. Ahora que él había hecho todo lo que podía hacer para tratar de protegerla, no parecía preocuparse por mantener las apariencias. Temblores leves recorrieron todo su cuerpo. Otra lágrima corrió por su mejilla. "Damon, la ventana -tan tarde, tan lejos del hotel principal- bueno, dudo que alguien venga a ayudarme."
El cuerpo de Elena estaba lleno de adrenalina, esa que le había permitido luchar contra el agarre de Damon. Pero esas manos de hierro se habían roto, o no, cuando Elena se había empezado a hacer daño con ellas? Y ahora parecía que habían vuelto al principio , con Damon contemplando la noche y ella mirando fijo a su espalda. O al menos, eso era lo que Damon quería que fuera. Pero ella podía ver sus hombros temblar.
"Podrías haber pedido por un beso", Elena susurro.
Ella no sabía si era posible para un vampiro entender eso. Todavía no le había enseñado a su Stefan. Stefan no hacia nada, él no entendía nada sobre pedir. Con toda inocencia y buenas intenciones, Stefan dejaba las cosas como estaban, hasta que ella se veía forzada a pedirle. Damon se reía en silencio, lo que significaba que se había sentido tocado por sus palabras. Se puso las manos en la cara.
"Voy a tomar eso como una disculpa", dijo Elena en voz baja. Ahora, Damon estaba riendo a carcajadas, y Elena sintió un escalofrío. Allí estaba ella, tratando de ayudarlo, y-
"¿Vos pensas.." -le interrumpió sus pensamientos-, "..que eso era todo lo que quería?"
Elena sintió que se congelaba mientras pensaba eso. Damon fácilmente podría haber tomado su sangre, mientras que la tenía inmóvil. Pero no -por supuesto- eso no era todo lo que quería de ella. Su aura... Sabía lo que le había hecho a los vampiros. Damon la había estado protegiendo a lo largo de otros vampiros que tal vez la vean y a quien le gustaría que ella, como no habían querido a la niña desde que se habían convertido en criaturas de la oscuridad.
La diferencia, la honestidad nativa de Elena le dijo, fue que ella no le importa un comino cualquiera de los otros. Pero Damon era diferente. Cuando él la besó, ella podía sentir la diferencia en su interior. Algo que nunca antes había sentido... excepto con Stefan.
Y Stefan -era realmente ella, Elena, traicionandolo por no huir de esta situación? Damon estaba siendo una mejor persona que ella. Le decía de tener distante de él la tentación de su aura. Para que pudiera comenzar la tortura de nuevo mañana. De alguna manera ese pensamiento, de Damon viviendo en esta terrible agonía cada día que estaba junto a él, era insoportable. Ella no había hablado durante mucho tiempo ahora. Miró hacia arriba para encontrar que Damon la estaba mirando una vez más con esos grandes ojos de niño perdido.
"No te vas a ir, ¿No?", Susurró.
"No."
"De verdad no tienes miedo de mí?"
"Oh, tengo miedo, está bien."
Continuara
"Eso podría... traer a un par de personas para que te ayuden"
Le costaba respirar ahora, y Elena se asombro, vio algo que nunca había esperado volver a ver. Lágrimas en los ojos de Damon. Había pensado que sólo bajo la influencia de sus poderes para despojar la caparazón de piedra alrededor del corazón de Damon, podría hacerlo llorar. Pero esas eran verdaderas lágrimas temblando en las pestañas de Damon, y ni siquiera se movió cuando una de ellas goteaba por un lado de su cara.
"Damon", dijo, acercándose a él, pero él solo sacudió su cabeza. Ahora que él había hecho todo lo que podía hacer para tratar de protegerla, no parecía preocuparse por mantener las apariencias. Temblores leves recorrieron todo su cuerpo. Otra lágrima corrió por su mejilla. "Damon, la ventana -tan tarde, tan lejos del hotel principal- bueno, dudo que alguien venga a ayudarme."
El cuerpo de Elena estaba lleno de adrenalina, esa que le había permitido luchar contra el agarre de Damon. Pero esas manos de hierro se habían roto, o no, cuando Elena se había empezado a hacer daño con ellas? Y ahora parecía que habían vuelto al principio , con Damon contemplando la noche y ella mirando fijo a su espalda. O al menos, eso era lo que Damon quería que fuera. Pero ella podía ver sus hombros temblar.
"Podrías haber pedido por un beso", Elena susurro.
Ella no sabía si era posible para un vampiro entender eso. Todavía no le había enseñado a su Stefan. Stefan no hacia nada, él no entendía nada sobre pedir. Con toda inocencia y buenas intenciones, Stefan dejaba las cosas como estaban, hasta que ella se veía forzada a pedirle. Damon se reía en silencio, lo que significaba que se había sentido tocado por sus palabras. Se puso las manos en la cara.
"Voy a tomar eso como una disculpa", dijo Elena en voz baja. Ahora, Damon estaba riendo a carcajadas, y Elena sintió un escalofrío. Allí estaba ella, tratando de ayudarlo, y-
"¿Vos pensas.." -le interrumpió sus pensamientos-, "..que eso era todo lo que quería?"
Elena sintió que se congelaba mientras pensaba eso. Damon fácilmente podría haber tomado su sangre, mientras que la tenía inmóvil. Pero no -por supuesto- eso no era todo lo que quería de ella. Su aura... Sabía lo que le había hecho a los vampiros. Damon la había estado protegiendo a lo largo de otros vampiros que tal vez la vean y a quien le gustaría que ella, como no habían querido a la niña desde que se habían convertido en criaturas de la oscuridad.
La diferencia, la honestidad nativa de Elena le dijo, fue que ella no le importa un comino cualquiera de los otros. Pero Damon era diferente. Cuando él la besó, ella podía sentir la diferencia en su interior. Algo que nunca antes había sentido... excepto con Stefan.
Y Stefan -era realmente ella, Elena, traicionandolo por no huir de esta situación? Damon estaba siendo una mejor persona que ella. Le decía de tener distante de él la tentación de su aura. Para que pudiera comenzar la tortura de nuevo mañana. De alguna manera ese pensamiento, de Damon viviendo en esta terrible agonía cada día que estaba junto a él, era insoportable. Ella no había hablado durante mucho tiempo ahora. Miró hacia arriba para encontrar que Damon la estaba mirando una vez más con esos grandes ojos de niño perdido.
"No te vas a ir, ¿No?", Susurró.
"No."
"De verdad no tienes miedo de mí?"
"Oh, tengo miedo, está bien."
Continuara
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